XXIII CARNAVAL POPULAR POR LA VIDA
“Es y urgente cuidar, defender y proteger la vida”

Hoy como ayer, el Carnaval Popular por la Vida, proviene de la urgencia sentida por la comunidad de recrear “la vida en medio de la muerte que agobia nuestro país, y como una señal de esperanza de un mundo y un futuro mejor posible. Un futuro en el cual a los/las jóvenes no se les asesine en sus barrios. Un futuro distinto al miedo y el terror de pensar, sentir y actuar en pro de la dignidad de la comunidad. Es así como el Carnaval se convirtió en un punto de encuentro de la comunidad, para debatir y deliberar sobre la coyuntura, pero proponiendo acciones para denunciar aquellos que quieren hacer de la muerte su instrumento para someter las voluntades populares, pero a la vez anunciando las prácticas que hacen posible una comunidad digna.
El Carnaval como acto de apropiación de la esfera pública plantea una manera propia de acción política. Tomarse la calle como manifestación de rebeldía ante situaciones injustas de las comunidades. El tomarse la calle para esta comunidad significa manifestarse contra las desigualdades desde la alegría, desde la festividad, desde el baile, desde el preparar año tras año la comparsa. No es reírse de nuestra propia tragedia. Es festejar el anuncio de un futuro posible para una comunidad que decide transformar sus realidades y que reivindica el derecho a transitar libremente por las calles barriales, expresando cultural y lúdicamente las formas de defender la vida de las y los habitantes de los barrios populares.
En el presente año seguimos presenciado como se continúa persiguiendo cualquier tipo de manifestación artística-cultural-comunitaria-social, cualquier expresión que desde distintos saberes resisten a la profundización de las desigualdades y exclusiones sociales, por medio de lo lúdico-artístico-formativo-organizativo, que representa el arte y la cultura comprometida con las luchas de las comunidades.
El XXIII Carnaval Popular por la Vida denuncia a los agentes de la muerte, el silencio y el miedo a la que pretenden arrastrar a las organizaciones culturales y sociales del Sur de la Ciudad. Pero también anuncia la vida, la resistencia y la esperanza, de las comunidades que acuden a la cita del Carnaval, en donde manifiestan por medio de sus puestas en escena, cómo transitan cotidianamente por los caminos de la vida digna y desafían todos aquellos mecanismos que nos impiden ser plenamente actores y actoras de nuestras comunidades barriales.
El Carnaval nos llama de una manera urgente a no perder la memoria, a recordar cómo construimos entre todos y todas, en colectivo, en comunidad, las calles que transitamos y los parques, para el deporte y la recreación sana que tiene nuestro barrio y sector. Hoy con el Decreto 192 de 2011, se nos niega a las comunidades y organizaciones barriales, el uso de nuestro propio territorio, a no ser que estemos dispuestos y dispuestas a pagar impuestos por usarlos, a convertirnos en empresas culturales que se lucran con el derecho a la cultura y la expresión comunitaria de la vida digna. La expresión popular no es una mercancía vendida al mejor postor. La dignidad de los procesos comunitarios no se vende.
El Carnaval Popular por la Vida se une a la indignación creciente por las reformas que se quieren aplicar y que terminan con derechos fundamentales como el derecho a la educación, o a la salud, por eso decimos un NO rotundo al cierre de hospitales departamentales y a la entrega total de la salud a las empresas privadas. LA SALUD ES UN DERECHO NO UN SERVICIO.
Desde el Carnaval hacemos presente y nos unimos a la lucha de las y los estudiantes y de los y las docentes universitarias, frente a la reforma de la Ley 30, reforma que vulnera el derecho a la educación pública, y le quita a las Universidades Públicas su condición de Universidades, aptas para el desarrollo del pensamiento, del debate político, social, ambiental, de centros para la investigación científica, social, política y las equipara con simples Institutos de Educación Superior que deben buscarse su forma de subsistir. Cada estudiante cuesta al Estado 3’300.000, mientras un soldado cuesta 18’000.000 y un preso, 13’000.000, ¿Qué se esta privilegiando en nuestro país?, ¿por qué se tiene miedo de un pueblo que se educa? ¿Por qué con nuestros impuestos no se puede subsidiar la educación de los y las niñas y jóvenes que en un mañana verán la universidad sólo en películas? ¿Por qué se quiere eliminar el sentido de lo público en la educación, y se maneja el principio de que la educación tiene que ser lucrativa y privada? ¿Por qué a los 20 años de la Constitución Colombiana se violan los principios que de ella emanan y que proclama que todo colombiano tiene derecho a una educación digna? La reforma a la Ley 30, privilegia la formación tecnológica, sobre la educación pedagógica y humanitaria, ¿qué se busca, mano de obra barata para un país que regala sus riquezas, sus tierras y el trabajo digno de su gente a través del TLC recién firmado, como está regalando y entregando sus riquezas minerales a las multinacionales, a costa de la miseria y las nuevas esclavitudes de un pueblo que lentamente se empobrece y le cuesta más trabajo el acceso a los derechos básicos para una vida digna? La reforma a la Ley 30 apuesta a tener clientes, no estudiantes.
LA EDUCACIÓN ES UN DERECHO, NO UN SERVICIO. NO UNA MERCANCIA.
Decimos también NO a la reforma pensional que no solamente aumenta la edad para acceder a este derecho, sino que niega la posibilidad de que la gente menor de 45 años, pueda llegar a tener una pensión para enfrentar su vejez.
Decimos un NO ROTUNDO a la reforma que le quita al Estado y a Bienestar Familiar la obligación de la atención de los niños y niñas en su primera infancia, entregando a operadores como Compensar la administración de jardines infantiles, hogares comunitarios, y todo lo que hasta ahora ha sido responsabilidad de Bienestar Familiar en la atención de los menores, por lo tanto se quita a las comunidades el acompañamiento cercano y humano de las problemáticas de los y las niñas y de sus familias, que se vive en las comunidades barriales. Muchas mujeres que se han preparado y formado para cumplir esta misión, se quedarán en el aire. LA FORMACIÓN EN LA PRIMERA INFANCIA ES UN DERECHO Y UNA OBLIGACIÓN DEL ESTADO Y NO UN SERVICIO PRIVADO PRESTADO POR EMPRESAS LUCRATIVAS. De la misma manera manifestamos nuestro desacuerdo por la forma en como se manejan los programas y políticas de atención a la población en condición de discapacidad, que en nuestro sector, es numerosa. Programas que son hechos desde los escritorios y que desconocen la verdadera magnitud y tragedias que se viven detrás de cada persona discapacitada y sus familias.
El Carnaval también se manifiesta frente a las múltiples violencias, psicológicas, físicas, sexuales, que siguen viviendo las mujeres en unos territorios que no se han podido soltar de los múltiples conflictos que vive nuestro país. De la misma manera repudia el constante asesinato de jóvenes que son vistos como los mayores provocadores de los problemas sociales. Cuando esta situación va siendo una herencia que se deriva de la pérdida de la humanidad y la dignidad de un país que se desangra sin tener conciencia de ello.
A un paso de haber elegido nuevo gobierno distrital, vale la pena preguntarnos, que nos deparará un país y una ciudad que se queda tranquila ante la persecución a los defensores de derechos humanos, ante la tragedia de la aplicación de una ley de víctimas que deja a las familias peor de lo que estaban incluso sin su vida. O qué pasa en un país que en su plan “Colombia Visión 2019” proclama la libertad de inversión en Colombia y privilegia la Seguridad Fiscal, antes de la seguridad humana, es decir para poder vivir, tendremos que pagar impuestos por cosas que ni nos imaginamos hoy, y en donde estaremos más regulados y más penalizados por manifestarse y movilizarse y en donde lo único que tendrá valor, será el mercado, y el dinero, y la vida habrá alcanzado su valor más bajo.
Todo lo anterior significa que todas y todos tenemos que hacer más conciencia de lo que va significando constituirnos como actores y actoras políticas, en unos sectores que están urgidos de transformaciones en lo cotidiano, pero también de transformaciones más amplias, en donde volvamos a caer en cuenta que no vivimos solos en un barrio o una cuadra, o una ciudad o un país, que somos muchos y muchas y que juntas y juntos podremos ser más.
Pero también este Carnaval es un gran homenaje al compañero que partió este año a rumbos desconocidos, para nuestra razón humana. Raúl Navarro, para quien el proceso del Carnaval significaba rencontrarse con él mismo y con la esperanza de una revolución auténtica desde lo cotidiano, desde lo pequeño y anónimo, nos deja el legado de la urgencia de recuperar la memoria, de no perder de vista que la vida se construye desde los derechos y que la resistencia es inherente a la construcción cultural y comunitaria.
El XXIII Carnaval Popular por la Vida se llevará a cabo el 06 de Noviembre en el parque San Justino, carrera 81C entre calles 46ª y 46B, en Britalia- Techotiva, y contará con varias comparsas solidarias de las organizaciones sociales de Bogotá y varios grupos artísticos que apuestan por la vida digna para todos y todas. Sí amigas y amigos, compañeras y compañeros, son 23 años de “resistir a la muerte creando amaneceres dignos”.
XXIII CARNAVAL POPULAR POR LA VIDA
“Es y urgente cuidar, defender y proteger la vida”
Convocan:
Centro de Promoción y Cultura Britalia- CPC
Corporación Autónoma Forjar
Colectivo Pensamiento Crítico.
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